Una visita para repensar el futuro del mundo
Recorren participantes en el I Encuentro Mundial de Intelectuales en Defensa de la Humanidad escenarios de misiones sociales en Venezuela
Félix López
CARACAS.— En Filas de Mariche, una comunidad que se pierde en las alturas de Petare, el mayor cerro poblado de América Latina, el Premio Nobel de la Paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, dice ratificar la certeza de que "un mundo mejor es posible". Él, como el resto de los participantes en el I Encuentro Mundial de Intelectuales en Defensa de la Humanidad, hizo el viernes un alto en los debates y se fue a conocer, con sus propios ojos, las misiones sociales que cambian el rumbo y la historia del pueblo bolivariano.
Atrás quedaba Caracas, con sus moles de acero y cristales polarizados... Mientras el ómnibus va a galope por los escarpados caminos del cerro, Esquivel, su compatriota Estela Calloni y el escritor senegalés Mamadou Bocoum van preguntándolo todo sobre esos barrios pobres, de casitas apretujadas de latón, habitados por seres humanos de rostros mestizos. El guía, una suerte de historiador popular, les explica que esas lomas sirvieron de refugio y campo de batalla a los indios Caribes, comandados por el cacique Tamanaco, en la lucha contra los conquistadores españoles.
Por el municipio de Sucre, les cuenta el doctor santiaguero Carlos González, entró la Misión Barrio Adentro al estado de Miranda. Hoy, una población de cerca de un millón y medio de habitantes recibe, por primera vez en la historia, la asistencia gratuita de 717 médicos, odontólogos, optometristas y técnicos de la Salud cubanos. Pero no le hizo falta comentar más nada al respecto, porque en la cima de aquellas lomas, en el sector Lagunitas, los visitantes entraron en contacto con la realidad: el pueblo los recibía frente a los dos símbolos de la Revolución en las alturas, el consultorio médico y el centro diagnóstico de Barrio Adentro.
Ismael González, viceministro de Cultura de Cuba, recordó entonces que el 3 de diciembre se celebra el Día Latinoamericano de la Medicina, y estallaron los aplausos y felicitaciones de los vecinos. Uno de ellos, la señora Ana, dijo emocionada que Barrio Adentro es como una bendición de Dios y de Chávez, y repasó algunos números que atesora con orgullo el Comité de Salud de la comunidad: los médicos han realizado más de 2 millones de consultas, y 317 personas recuperaron la visión en la Isla, operados de catarata...
El escritor senegalés Bocoum, abre los ojos con asombro cuando le cuentan del éxito de la campaña de alfabetización, sobre las actividades deportivas que subieron con Barrio Adentro... Y se va feliz, como sus acompañantes, luego de entrar al Mercal de las Terrazas del Winche, donde se venden alimentos baratos y de calidad para los de menos recursos, esos que les muestran, como Humberto Yépez, su nueva y confortable casa, construida sobre un barrio de miseria y desesperanza.
Todavía sin tiempo para contarse entre todos las experiencias de un día memorable, de visita por siete estados venezolanos, los intelectuales y artistas asistieron a la graduación de vanguardia de la Misión Robinson II (rumbo al Sexto Grado), donde Brígida María Isturiz, que pasó de la ignorancia a ser una lectora impecable, aseguró que "si la Revolución es sacarnos de la ignorancia, yo soy una revolucionaria, nosotros somos revolucionarios".
Luego de felicitar a Brígida y a todos los que recibieron el diploma de Cuarto Grado, el presidente Hugo Chávez reconoció emocionado que esos avances indetenibles hay que agradecerlos a hombres y mujeres como Angelito, Dinora, Luisa, Yiya y Rafael, parte de un equipo de asesores cubanos que durante más de un año lo han dado todo por la Misión Robinson. Vamos a abrazarlos, exclamó Chávez, y a través de ellos llegue nuestro agradecimiento a Fidel, al pueblo y a la Revolución cubana, por esa hermandad que echa raíces aquí en tierra firme, y se fortalece allá en ese Caribe hermoso.
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[Modificato da ocram71 18/07/2005 3.58]