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Santiago de Cuba, abril 3.- Con fecha prevista de culminación para el 2025 la ciudad santiaguera reordenará cada barrio, centro comercial, zonas industriales con el fin de embellecer la urbe y acomodar las instalaciones según las necesidades de los citadinos.

Las ilegalidades que se han realizado durante décadas que violan las normas urbanísticas serán penalizadas, sobre todo en las arterias principales como lo son las escaleras que sobresalen hasta la acera y entorpecen el paso, las rejas y puertas de garaje que abre a la calle o las tuberías de las azoteas para el agua de lluvia que vierte a las aceras.

Las violaciones frecuentes en edificios multifamiliares como jardines, garajes, patios extendidos serán eliminadas paulatinamente con el fin de preservar el diseño de estas viviendas.

En Santiago de Cuba existen también 73 barrios precarios, ubicados en zonas que en muchos casos, ofrecen peligro para la vida de sus habitantes, muchos de estos serán eliminados y reubicados en más de 20 mil casas que se pretenden construir para estas personas.

En ese sentido Sierra Maestra intercambió con Jorge Roque Zayas, Vicedirector Técnico de la Dirección Provincial de Planificación Física: "el Período Especial, las emigraciones a Santiago de Cuba y el débil trabajo de enfrentamiento por parte de los inspectores ha propiciado el surgimiento de estas ilegalidades, ahora lo que queda es evitar que proliferen, no puede permitirse que se levante ni una casa más, pero para eso es importante la labor de los factores de la comunidad."

Para los cuentapropistas, nueva modalidad de empleo desde hace pocos años, las regulaciones urbanísticas serán de estricto cumplimiento, y el local para poner un negocio determinado será previamente autorizado.

Se prestará especial atención a las actividades del trabajo por cuenta propia que generan contaminación, lavado de vehículos, crianza de cerdos, caballerizas, debiendo consultar a los organismos rectores correspondientes a fin de evitar afectaciones por contaminación del agua, los suelos o el aire.

Convertir a Santiago en una ciudad más ordenada requiere la cooperación colectiva, un entendimiento común y encontrar soluciones viables para la tarea gigante que se avecina.