cubaa360gradi
00martedì 24 settembre 2013 13:12
Cuba, inmersa en la actualización de su modelo
económico y social sin abandonar los principios y bases
estructurales socialistas, da cabida a nuevas formas de
económico y social sin abandonar los principios y bases
estructurales socialistas, da cabida a nuevas formas de
gestión y busca la eficiencia en función de las nuevas condiciones
en que opera el país.
Con la premisa de no confundir transformación con
modernización, y, sobre todo, de hacer la propiedad social
socialista eficiente, actualmente se reorganiza el Comercio
Mayorista de forma ordenada y gradual.
Por su afectación desde la década de los 90 del siglo XX
y principios del XXI, la organización del mismo se inserta en
las propuestas de los Lineamientos de la Política Económica
y Social del Partido y la Revolución, aprobados por el VI
Congreso del Partido como parte del ordenamiento de la
producción, la comercialización y el consumo.
Ello es imprescindible por la inserción en la escena nacional
de nuevas formas productivas, la acumulación de grandes
inventarios de ociosos que gravitan con fuerza sobre la
economía nacional, y la diversificación de suministradores y
precios, cuyas afectaciones redundan en el deterioro paulatino
de la actividad productiva y logística de las empresas.
Hoy, la comercialización mayorista en Cuba se realiza por
más de 2 400 entidades, de ellas, alrededor de 529 clasifican
como empresas comercializadoras mayoristas, subordinadas
a entidades nacionales.
Para el logro de tan prometedor y necesario proyecto,
este año entró en vigor un grupo de medidas encaminadas
a restructurar esa actividad en Cuba.
Tales normativas, inscritas en la Resolución 242 del Ministerio
de Comercio Interior (Mincin), establecen la participación
de personas jurídicas y naturales en el negocio mayorista,
lo que implica una mayor preparación de las entidades
—estatales o no— en cuanto a los estudios de mercado y la
demanda de la población.
El propósito es garantizar el aprovisionamiento de las
empresas, un mayor acercamiento a los productores y una
eficiente gestión en las importaciones.
Directivos del Mincin prevén la aplicación paulatina de
esas medidas, que en una primera etapa beneficiarán a las
empresas estatales, luego a las cooperativas y, por último, a
los trabajadores por cuenta propia.
Entre las medidas ya empleadas figuran las que benefician
a cooperativas de transporte público, con tarifas diferenciadas
para acceder a piezas de recambios y otros
equipos, con precios sin subsidios, pero por debajo de los
establecidos en la red minorista.
Para los cuentapropistas será una vía para incorporarse
a la red minorista de nuevos formatos de productos, en
aras de ampliar la oferta, la cual aún no satisface la demanda
de la sociedad.
Como parte del proceso de reordenamiento de ese mercado
se seleccionó un grupo de empresas importadoras de
varios organismos, para concentrar las compras de demanda
general y reorganizar la circulación dentro del país.
Esas entidades están relacionadas con programas priorizados,
como la venta de materiales de la construcción y de
insumos agrícolas.
Además, se diseñan fórmulas de comercialización para
esos actores, aunque ya implementan algunas, como la aplicación
de tarifas diferenciadas para acceder a piezas de recambios
y otros equipos, con precios sin subsidios, pero por
debajo de los establecidos en la red minorista.
Sin embargo, solo con el aumento de la producción nacional
será posible que el comercio mayorista en la Isla se
consolide a partir del próximo año.
NUEVA VISIÓN Y FUTURO INMEDIATO
El Comercio Mayorista hay que evaluarlo como un concepto
y no verlo como una institución o una gran tienda donde
se compren los productos a precios menores que en la
red minorista, afirmaba recientemente el vicepresidente
del Consejo de Ministros, Marino Murillo.
Con esas previsiones ya se calcula que para 2014 dicha
actividad tenga un crecimiento del 10 por ciento, incremento
que redundará en una mayor presencia de rubros en ese
mercado nacional, así como también mejor calidad y distribución
oportuna de estos, algo que ya está computado en
el Plan de la Economía de ese año.
En la misma medida que se modifiquen los objetos sociales
de las entidades, haciéndolos más flexibles, y puedan
vender el excedente resultante de su producción después
de cumplir con el encargo estatal que se le contrate, todas
podrán hacer Comercio Mayorista.
Desde julio último, Cuba abrió un mercado de ese tipo
de productos agrícolas, una de las principales demandas del
emergente sector de trabajadores privados.
En la nueva forma de gestión, las instalaciones son de
propiedad estatal, pero arrendadas a una cooperativa privada
no agropecuaria, y los productos se comercializan bajo el
principio de oferta y demanda.
Se trata de un ejemplo de la progresiva restructuración
del comercio, que si bien hoy no alcanza niveles óptimos
de organización y capacidad de respuesta a las demandas
del mercado, muestra las potencialidades por explotar en el
ordenamiento gradual dentro de las principales entidades
circuladoras y empresas productoras e importadoras.
Se pretende con ello, que cada actor en el comercio mayorista
asuma y garantice el papel que le corresponde ante el
mercado y los requerimientos de la economía, sobre lo cual
aún existen insuficiencias que transitan desde el escaso conocimiento
y estudio de la actividad, hasta problemas de
infraestructura, logística y capacidades de ofertas, entre otras.
Para cambiar ese escenario ya existe un grupo importante
de empresas circuladoras mayoristas como: Acinox,
Divep, Escambray, Gran Comercial del Mincin, Almacenes
Universales, Corporación Cimex, Grupo Empresarial Palco,
Servicios Automotores, Copextel, que para el próximo año
asumirán y responderán por las demandas de la economía
nacional.