El economista independiente Oscar Espinosa Chepe sostiene que junto a la salud y la seguridad social, la educación en la isla ha dejado de ser por fue
El sistema de educación cubano, que de forma permanente fue enarbolado por las autoridades de la isla como un ejemplo de superioridad docente, ha demostrado ser a la larga una falacia más, según un artículo escrito por el economista independiente Oscar Espinosa Chepe,
En el artículo, titulado “Lagunas educacionales al descubierto” y publicado en la página web cubaencuentro, Espinosa Chepe recuerda que “durante decenios, la propaganda oficial utilizó como bandera los llamados éxitos educacionales”, entre ellos la campaña de alfabetización llevada a cabo en 1961 y el otorgamiento de becas.
“El Gobierno utilizó estas positivas medidas para hacer propaganda dentro y fuera de Cuba, y para controlar toda la educación, luego de confiscar las escuelas privadas, lo cual le permitió emprender un adoctrinamiento político masivo”, dice el economista.
A propósito señala que “la politización alcanzó y todavía se mantiene a tal nivel que la universidad continúa declarándose ´un derecho solo de los revolucionarios´, lo cual significa que cualquier pensamiento independiente y honesto es incompatible con el acceso a los estudios superiores, lo que obliga a la falsa moral y la hipocresía desde temprana edad”.
Luego precisa que con el propósito de demostrar la “eficiencia” de la educación cubana se realizaban “falsas promociones de prácticamente el 100 por ciento de los educandos, lo cual por supuesto atentaba contra la calidad y profundidad de los conocimientos”, un esquema que se pudo mantener –puntualiza-- hasta la pérdida de la subvención soviética.
Pero sin sustentación económica, el sistema educacional se ha ido desmoronado paulatinamente y las consecuencias de todas las barbaridades educacionales afloran de diversas formas, dice Espinosa Chepe.
Como resultado, el Gobierno se ha visto obligado a frenar la entrada masiva a las universidades y ha tenido que convocar exámenes de ingreso. “En 2011, a pesar de haberse dado oportunidad a repetir los exámenes, en Matemáticas solamente aprobó el 53,9 por ciento de los aspirantes”, destaca el economista.
También pone como ejemplo que el año pasado “se realizaron exámenes de ortografía a los estudiantes universitarios, con una considerable cantidad de suspensos”, eso sin contar que oficialmente se reconoció que “en el período 2005-2010 existió un déficit de 110.000 profesionales de las ciencias técnicas, agropecuarias, naturales, pedagógicas, y matemáticas. Mientras hay miles de egresados de otras carreras que exceden la demanda, en particular de humanidades”.
Espinosa Chepe subraya que la situación es aún más complicada, “porque muchos profesionales no tienen incentivo para ejercer sus especialidades debido a los bajos salarios y las pésimas condiciones laborales”.
El artículo concluye resaltando que el problema de dar empleo a los graduados es especialmente grave debido a que el objetivo inmediato en el país “es despedir la cuarta parte de su fuerza de trabajo ocupada, sin que se permita a los profesionales ejercer por cuenta propia”.